El 1 de diciembre de 2003, la Planned Parenthood Federation of America (Paternidad Planificada de Estados Unidos) festejó el fallo emitido ese día por el Tribunal Supremo del Estado de Nueva York. La decisión desestimaba una demanda judicial presentada por una agencia caritativa católica de la ciudad de Albany. La demanda radicada cuestionaba el carácter constitucional de una ley que había entrado en vigor el 1 de enero de 2003, texto que estipulaba que, "si un patrón proporcionaba a sus empleados un plan de seguro médico que incluía medicinas, entonces tenía que incluir la cobertura de anticonceptivos". La Paternidad Planificada es la filial estadounidense de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF, por sus siglas en inglés). Es la organización más rabiosamente abortista del mundo. Tiene filiales en casi todos los países de la Tierra, "incluyendo América Latina" (clic aquí y aquí).

        Debido a la naturaleza condicional de la ley ya mencionada y en el caso de tener que recurrir a los tribunales, para defender su postura, las instituciones de la Iglesia católica podrían optar, como último recurso, por ofrecer cobertura médica a sus empleados, pero sin tener que incluir las medicinas y así no verse obligadas a pagar por los anticonceptivos. Este último recurso es innecesario en la mayoría de los Estados de la nación, debido a la existencia de cláusulas de objeción de conciencia, que eximen a instituciones religiosas de realizar actos contrarios a su doctrina. Sin embargo, el Estado de Nueva York no tiene esa cláusula y, por ello, el fallo de su Tribunal Supremo fue contrario a la Iglesia Católica.