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No lo sé. Mi esperanza es que algún día su corazón se ablande y cambie, su intelecto se ilumine y puedan ver con claridad que promover el crimen del aborto no es bueno para el mundo. Y si no va a cambiar, que pase el tiempo rápido para poner a otros dirigentes que estén dispuestos a defender a los más vulnerables: los bebés.
De una manera muy positiva. Colombia y Madrid estuvieron unidas en esa marcha. Es un despertador para muchas almas dormidas.
El hombre siempre ha sido el guardián de la familia. Hemos sido poco a poco anestesiados a tal grado que hemos perdido la identidad de lo que significa ser hombre, y nuestra manera de pensar ya no vale nada. Algunos no quieren asumir su responsabilidad por cobardía, por egoísmo... La mayoría de las mujeres que abortan están empujadas por hombres. Pero somos muchos los que queremos que se nos escuche y cambiar esta forma de pensar. No descansaré hasta invertir la última gota de sangre para que este crimen contra la vida termine.
Un ataque a la familia, a la inocencia y a la mujer. Si una niña de 16 años tiene un aborto y piensa que es como ir al dentista y hacerse una limpieza, se equivoca. ¿Qué tipo de Gobiernos tenemos que en vez de proteger a las menores y darles las mejores oportunidades en todos los ámbitos promueven la cultura de la muerte? ¿Qué sigue después?
Hay una discriminación hacia los niños porque piensan que forman parte de una enfermedad, de una epidemia, pero se olvidan de que son el futuro de un país.
No se lo merece. Si le comparamos con la madre Teresa de Calcuta y su vida, volcada hacia los más inocentes, los enfermos de sida, de lepra... ¡Éste sí que es un mensaje auténtico de paz! Obama es un gran activista en favor del aborto y la madre Teresa de Calcuta decía que «mientras exista el aborto no habrá paz en el mundo». No sé qué significa ya que a alguien le den el Nobel de la Paz. ¿De qué paz estamos hablando? ¿De qué sirve que te ayude con el precio de la gasolina si promueve el crimen de los crímenes?
No quiero generalizar. A una juventud que esté arraigada en Dios no le falta de nada, pero cuando se desgaja de él, se queda como una planta sin riego, se seca y se va invadiendo el corazón de vanidad, egoísmo, celos... Y eso se vuelve un cáncer en la sociedad. | |||||
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