El actor Jim Caviezel, contra el aborto: “Defiendo a todos y cada uno de los niños que no han nacido”

El protagonista del filme de Mel Gibson The Pasión no cree “que el aborto ayude a las mujeres”.

El Noveno Día

 

 

Karol II

 

 

El Gran Silencio

 

 


Jim Caviezel con Mel Gibson durante el rodaje de The Passion

Carteles de las películas La delgada linea roja; Frequency; y Outlander

        Cualquier manifestación contraria al aborto por parte de estrellas del universo cinematográfico o del mundo del espectáculo no sólo es considerada ‘políticamente incorrecta’ sino que puede poner en riesgo la carrera de quien las hace. Sin embargo, el actor estadounidense Jim Caviezel, que no duda en proclamar su catolicismo y su defensa de la vida, lo tiene claro.

        “Defiendo todos y cada uno de los niños no nacidos”, ha manifestado en una reciente entrevista concedida a la revista Catholic Digest, en la que, en referencia a su futuro profesional, añade: “no amo tanto mi carrera para permanecer callado ante esto”.

        El actor, que sorprendió gratamente a todo el mundo por su intensa y desgarradora interpretación de Jesucristo en The Passion, dirigida por el también actor Mel Gibson, conoce bien el poder que en Hollywood tiene el lobby anticristiano y proabortista, que tuvo que soportar precisamente durante el rodaje y exhibición de esa película.

“El aborto no ayuda a las mujeres”

        En cualquier caso, Caviezel no entiende que tanto esos grupos como una buena parte del mundo de la política presenten el aborto como una ayuda a la mujer.

        “Estoy a favor de ayudar a las mujeres. Pero no veo que el aborto ayude a las mujeres”, dice en la entrevista de la que se hace eco Religión en Libertad, que también recuerda que desde la célebre sentencia Roe vs Wade en Estados Unidos, en 1973, han sido eliminados en ese país casi 52 millones de niños.

        El actor, nacido en 1968 en Mount Vermont, Washington, (Estados Unidos), considera que un cristiano debe ser coherente con su fe a pesar de los riesgos que ello implique: “No tiene ningún valor ir a misa el domingo si no aplicas a tu vida diaria lo que allí aprendes”, sentencia.

        Cabe recordar que Jim Caviezel, nacido en el seno de una familia de fuertes convicciones católicas, ha manifestado en otras ocasiones la necesidad de ser coherente con la fe en cualquier ámbito de la vida, tal como hizo coincidiendo con su trabajo en The Passion, en una entrevista concedida a Aciprensa y publicada el 21 de marzo de 2004.

“Necesitamos a los católicos”

        “Cuando trabajas en un banco, trabajas con dinero. ¿Significa eso que no puedes ser católico y trabajar en un banco? ¿Acaso no puedes ser católico y presidente de los Estados Unidos? Se puede ser católico y estar comprometido con cualquier aspecto, por ejemplo del mundo de las comunicaciones, ya sea como reportero o como cualquier otra cosa. Nosotros necesitamos [a los católicos] en toda misión, en todas las áreas. Necesitamos misioneros y buenas personas en todos los ámbitos de la vida”.

        “Hay cosas en las películas que no haría [...] Si encuentro un guión que me gusta, pero que contiene partes inaceptables para mí, les pido que lo cambien y si realmente están interesados en mi trabajo, lo cambiarán”, añadía en la misma entrevista.

        Pese a las barreras con las que se puede encontrar un actor de estas características en Hollywood, la filmografía de Caviezel es muy extensa.

        Entre sus títulos más destacados se encuentran Wyatt Earp (1994), de Lawrence Kasdan; La roca (1996), de Michael Bay; Hasta el límite (1997), de Riddley Scott; La delgada línea roja (1998), de Terrence Malick; Frequency (2000), de Gregory Hoblit; Madison (2000), de William Bindley; El conde de Montecristo (2002), de Kevin Reynolds; Yo soy David (2004), de Paul Feig; La Pasión de Cristo (2004), de Mel Gibson; Deja Vu (2006), de Tony Scott; o Outlander (2008), de Howard McCain.