Valoramos y respetamos profundamente a la mujer, por eso defendemos la vida
Resumen de rueda de prensa-reunión con la ministra de Igualdad, Bibiana Aido.
Federación Española de Asociaciones Provida
ONG consultiva especial del
Consejo económico y social de las Naciones Unidas.
Rompiendo el silencio: testimonios de mujeres que sufrieron un aborto provocado
Esperanza Puente
EXPERIENCIA DE LAS ASOCIACIONES PROVIDA

         Conocemos de cerca la problemática a veces muy compleja de la mujer embarazada en dificultades. Desde el año 1977 (la ley del aborto es del 85) las asociaciones provida están junto a la mujer y junto a su hijo.

        Si alguien ha demostrado que se preocupa por la mujer son las asociaciones provida y no sólo cuando sigue con su embarazo sino también cuando aborta y sufre las secuelas de esa situación. Hemos ayudado en todos estos años a casi 64.000 mujeres y han nacido casi 37.000 niños gracias a la ayuda altruista de muchos voluntarios. Durante este tiempo no se ha dado ningún caso de una mujer que se haya arrepentido de haber tenido a su hijo aunque atraviese graves dificultades, pero sí muchas que se han arrepentido de no tenerlo.

        No tenemos intereses económicos ni personales en el tema, hemos trabajado con gobiernos de distinto signo político y a todos hemos pedido respeto a la vida y ayuda real y positiva a la mujer.

LA VERDAD SOBRE EL ABORTO

         El aborto no es inevitable. Coincidimos en que es algo terrible para la mujer. Aceptarlo como inevitable o como una simple opción más (a veces la única) es renunciar a aportar soluciones verdaderas y pactar con la injusticia y con el mal social. Debemos luchar por evitarlo ya que produce tanto sufrimiento y muerte.

        El aborto no es una opción igual de válida que la de la vida. Enfrentar a la madre contra su propio hijo es cruel e incomprensible por más que se adorne con apariencia de libertad.
La mujer que va a abortar, la mayoría de las veces no tiene información sobre su hijo, ni sobre el procedimiento, ni de las consecuencias ni de las alternativas. En muchísimas ocasiones está presionada y toma una decisión precipitada.

        El aborto, se realice en centros públicos o privados, tiene graves riesgos físicos, porque no es un proceso normal del organismo y porque supone irrumpir violentamente en el cuerpo de la mujer para sacar a otro ser que se gesta dentro de ella.

        El aborto tiene graves secuelas psicológicas, no cura a la mujer enferma y es causa de trastornos bien estudiados por los psiquiatras.

        El aborto no es un debate superado. Es un serio problema que está afectando especialmente a las mujeres, pero también a los hombres y a la sociedad entera. Más de 20 años de aborto nos da perspectiva suficiente y experiencias para valorar lo que ha traído consigo la ley. Hay además generaciones de jóvenes que no aceptan esta triste herencia.

        La reflexión, el reconocimiento de errores es propio de personas y sociedades maduras. Las cifras del aborto, que ocultan miles de tragedias, deben hacernos plantearnos que hay que decir basta. Es progresista proteger a los débiles, aceptar a todo ser humano sin discriminación por edad, condición social, discapacidad etc.

        El aborto no soluciona problemas pero sí es fuente de muchos e importantes. Es urgente un compromiso transversal de todos por remediar las causas que llevan al aborto.

        No tiene sentido de hablar de plazos cuando hablamos de vidas humanas, viables o no. La vida humana debe protegerse desde su inicio porque todos tenemos derecho a la vida y ésta no puede estar al arbitrio de la decisión de nadie.

        En el aborto no sólo el hijo sufre una violencia terrible que termina con su vida sino que también supone una terrible violencia contra la mujer.

        Las mujeres embarazadas necesitan ayuda y no la tienen más que por parte de asociaciones que trabajan con muy pocos recursos. El Estado debe involucrarse. Ha habido una respuesta masiva a la Iniciativa Legislativa Popular llevada a cabo por Red Madre en todas las comunidades autónomas que expresa la voluntad popular de ayudar a la embarazada.

        La maternidad está infravalorada. Hay que recuperar su riqueza, su estima y su cuidado. Y no privar a la madre de la alegría que supone tener un hijo. Hijo que, por otro lado es un gran capital social y que es muchas veces lo que a las mujeres les da fuerza para luchar y le compensa muchos sinsabores.

PETICIONES A LA MINISTRA DE IGUALDAD

         Analizar los argumentos sin prejuicios. Hay razones científicas, médicas, psicológicas y sociales para oponerse al aborto. Y estas razones no dependen de credos religiosos ni de opciones políticas.

         Ayudar a la mujer embarazada. Apoyo de todos los grupos políticos en todas las comunidades autónomas de las iniciativas legislativas populares promovidas por Red Madre que suponen que los distintos gobiernos autonómicos dediquen recursos a atenderlas. Promoción de residencias para madres, centros de ayuda,…Hay pocos y están saturados. Salvo en alguna comunidad autónoma no hay implicación de las administraciones públicas. La mujer embarazada es un bien social, por sí misma y por la vida que lleva dentro.

         Facilitar la inserción laboral de la embarazada y luchar contra la discriminación por su estado. Asimismo facilitar que siga sus estudios y que tenga ayudas con sus hijos.

         Atención al síndrome postaborto. Que no se niegue una terapia a la mujer que ha abortado ni a otras personas que han participado y sufren las secuelas que conlleva el aborto. Negar las secuelas es impedirles recibir ayuda.

         Habilitar una oficina donde la mujer, con total salvaguarda de su intimidad pudiera denunciar los atropellos sufridos en los centros donde se practican abortos, muchos de ellos con expedientes abiertos. Si preocupa la mujer no hay que tapar a los que se lucran con su dolor.

         Respeto total a la objeción de conciencia. El aborto no es un acto médico ni hacia el no nacido ni hacia su madre por tanto no se les puede presionar ni obligar a los profesionales a practicar algo que no es propio de su profesión y que además va contra una norma básica del código ético que consiste en no provocar la muerte y hacer el bien.

Hay que atacar las causas que llevan al aborto. Para ello hay que trabajar en dos frentes:

        1. Por un lado trabajar seriamente en propuestas de ocio sano, en el cambio de hábitos en relación al inicio precoz de relaciones, al consumo de sustancias, al abandono académico. Es necesario fortalecer la familia, poner en marcha iniciativas de verdadera conciliación de la vida familiar y laboral que permitan a los padres estar más tiempo con sus hijos y mejorar la confianza y la atención a sus hijos. Debería controlarse la violencia y propuesta de modelos destructivos, así como el alto contenido erótico en muchos medios de comunicación. El objetivo debe ser siempre la mejora de la persona.

        2. Por otro lado hay que plantearse nuevas estrategias de prevención y desechar campañas de educación sexual que han demostrado que son un fracaso porque cada año aumentan más los embarazos en adolescentes y los abortos. Debe hacerse una seria reflexión por parte de personas que analicen sin prejuicios ni intereses económicos la cuestión. Las campañas actuales no son veraces y hacen daño. Debemos confiar en los jóvenes y proponerles lo mejor.

        Los puestos políticos pasan pero las consecuencias de las decisiones son de enorme trascendencia especialmente en cuestiones como ésta. Le pedimos que sea usted recordada no como la ministra del aborto libre, sino como la Ministra que veló por el bien de la mujer y luchó por la vida de todos.