Pablo VI escribió en su encíclica sobre "la regulación de los nacimientos", acerca de la vocación del hombre y la mujer en el matrimonio y acerca de la belleza de cada vida humana. Es precisamente esa vida la que ha estado siendo atacada durante 40 años. Desde que la agresiva agenda de la anticoncepcion ha estado operando, hemos tenido millones de abortos y los hombres han estado manipulando la vida. La marcha de oración en Salzburgo impactó al atraer la atención hacia ambos aspectos: la dignidad de toda vida y los pecados contra la vida. Por ese motivo se tiraron rosas al rio Salzach, y se hicieron sonar 100 campanadas, recordando a los niños que nunca llegaron a ver la luz del mundo. Los participantes en la marcha llevaron cruces blancas, las cuales hablaban mucho mejor que las palabras. El Obispo Laun marchó al frente de la procesión. La marcha de Salzburgo tuvo lugar después de las de Berlin, Munich, Londres y Praga, para recordar a los niños que fueron asesinados. "¡No les olvidamos, les amamos, les daremos nuestras voces!"