“Desde la concepción es un ser vivo”: Lo dice la ex ministra que introdujo el aborto en Francia
Simone Veil califica la situación de los abortos en España de “espantosa” y constata que la objeción de conciencia en Francia va en aumento.
Arquitectos de la cultura de la muerte
Donald De Marco, Benjamin D. Wike
Simone Veil, en la imagen inferior junto a Sarkozy, ha cambiado de opinión con respecto al aborto
Ahora proclama que la vida humana empieza en la concepción
Y critica las prácticas abortistas que supuestamente se llevan a cabo en clínicas como la que dirige Carlos Morín

        Fue la ex ministra de Sanidad francesa que introdujo la despenalización del aborto en su país en 1975. Ahora, Simone Veil reconoce que la ciencia está demostrando la existencia de vida desde la concepción.

        “Cada vez es más evidente científicamente que desde la concepción se trata de un ser vivo”, afirma la primera mujer en presidir el Parlamento Europeo de Estrasburgo entre 1979 y 1982.

        Según informa la agencia ZENIT, sus comentarios han tenido lugar en el contexto del reportaje difundido por el canal de televisión France 2 el pasado 14 de junio, en el que se muestra cómo en España se realizan abortos hasta en el octavo mes de embarazo, tal como constata la revista Gène Éthique de la Fundación Jérôme Lejeune.

“Situación espantosa”

        En dicho documental, se ve a una periodista encinta de ocho meses a quien se le propone un aborto en una clínica privada de Barcelona por la suma de 4.000 euros.

        Simone Veil, de origen judío, que sufrió la deportación a Auschwitz, reconoce que esta situación es “espantosa”, pero que legalmente no es posible impedir a las mujeres europeas viajar a España, pues la Corte europea ha afirmado que se trata de una cuestión propia de las legislaciones nacionales, y no de Europa.

        La investigación periodística constata que en Francia comienza a ser difícil encontrar médicos dispuestos a practicar el aborto a causa de la objeción de conciencia.

        “No se puede obligar a la persona a ir contra sus convicciones”, afirma Veil, premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2005.

        Al referirse a la introducción de la ley del aborto en Francia, revela la antigua ministra, “lo único que había negociado con la Iglesia fue la imposibilidad de forzar a los médicos. Es un punto que hay que mantener, pues no se puede obligar a nadie a ir contra sus convicciones”.