Cómo alguien llega a ser pro-vida cuando antes no lo era: cinco casos
El periodista Fred Barnes compara su historia con el de otros cuatro personajes públicos que dieron el paso a defender la vida. ¿Qué les hizo cambiar?
Fred Barnes
La mano de Dios. Autobiografía y conversión del llamado "rey del aborto"
Bernard Nathanson

        ¿Cómo llega la gente a ser pro-vida? ¿Qué convierte a una persona en un apasionado adversario del aborto y de temas relacionados como la eutanasia y la investigación con células embrionarias?

        No me refiero a aquellos que defienden la postura pro-vida por la educación que recibieron en casa o por su religión o porque lo requiere su situación política, como sería el caso de un candidato republicano en un estado rojo. Hablo de personas que cuando eran adultos o adolescentes maduros eran pro-aborto o simplemente eran indiferentes al tema.

        Entonces algo les hizo cambiar de opinión, impulsándoles a asumir la causa anti-aborto. Quizá empezaron a defender la postura pro-vida sin darse cuenta de que habían cambiado. ¿Qué causó el cambio, qué pasó?

        La respuesta puede encontrarse en las experiencias de 5 personas: Ronald Reagan, Henry Hyde, Ramesh Ponnuru, Wesley Smith y yo mismo. Y sus historias, creo, son más o menos representativas de lo que muchos otros han vivido al asumir la causa de salvar a niños por nacer. Los cinco experimentaron dos cosas comunes que pueden señalarse al examinar los cinco casos.

RONALD REAGAN: el error de 1967

        Empecemos con Reagan. En su primer año como Gobernador de California en 1967, los legisladores aprobaron una propuesta para legalizar el aborto "terapéutico". Era un tema sobre el que Reagan no había pensado mucho pero estaba indeciso sobre si vetar la ley o no. Muchos republicanos le presionaban con fuerza para que firmase a favor. Y también lo hacían sus colaboradores, incluyendo a los conservadores Ed Meese y Lyn Nofziger, quien posteriormente acompañaría a Reagan a Washington. Le aseguraron que sólo implicaba un puñado de abortos.

        Su instinto era vetar la ley y el arzobispo católico de Los Ángeles le pedía que lo hiciese. Pero la firmó. La decisión sin embargo dejó turbado a Reagan y continuó pensando en el tema del aborto. Esta ley, explica Lou Cannon en su libro Governor Reagan, "permitió más abortos legales en California que los ocurridos en cualquier otro Estado antes de Roe v. Wade [el fallo judicial que liberalizó totalmente el aborto en todo EEUU]".

        Para 1980, Reagan había cambiado su forma de pensar y se hizo un firme oponente al aborto. Insistió en temas pro-vida en la plataforma republicana por primera vez. En 1983, publicó un ensayo pro-vida apasionado, Abortion and the Conscience of the Nation. Al final resultó que firmar la ley californiana del aborto de 1967 fue el único error político que Reagan jamás admitió.

HENRY HYDE: tuvo que pensarlo

        Henry Hyde llevaba cinco años como parlamentario en Illinois cuando se encontró su primer asunto relacionado con el aborto. Era al principio de los años 70, antes de que la decisión Roe vs. Wade del Tribunal Supremo legalizase el aborto a petición en toda la nación. Otro legislador pidió a Hyde que co-patrocinara una propuesta para levantar la prohibición del aborto en Illinois. Y él fue receptivo.

        Sin embargo, leyendo la propuesta cambió su forma de pensar. Hyde tampoco había dedicado nunca tiempo a examinar el tema del aborto. Y ahora, de repente, tenía que hacerlo. El resultado es que se encontró rechazando la propuesta, en vez de apoyarla, e incluso dirigió con éxito la oposición a la propuesta en la asamblea de Illinois.

        Hyde fue elegido para la Cámara de Representantes en 1974 y pronto llegó a ser una voz líder pro-vida. En 1976 consiguió que la legislación prohibiese el uso de fondos federales para pagar abortos. Treinta años después, la Enmienda Hyde sigue siendo ley en el país.

RAMESH PONNURU: la manifestación no era tensa como decían

        RAMESH PONNURU, escritor del NATIONAL REVIEW que creció en Kansas City, Kansas, recuerda que siendo adolescente "no quería ser un pro-vida". Me dijo que en Estados Unidos "simplemente es más fácil ser pro-elección, sigues la corriente".

        En 1991 unas personas que él conocía acudieron a la protesta anti-aborto del Verano de Misericordia, en Wichita. La manifestación atrajo mucha atención de los medios y los manifestantes, se dijo, habían creado una concentración tensa, agresiva, casi una crisis. Ponnuru siguió el acontecimiento bastante de cerca, lo suficiente para saber que los manifestantes "tenían tanto de tenso y agresivo como un picnic de parroquia". De hecho, sus amigos "eran ese tipo de gente que va de picnic parroquial".

        El efecto de la manifestación de Wichita fue profundo en Ponnuru, a millas de distancia en Kansas City. Ese verano reflexionó sobre la moralidad del aborto. Cuando entró en Princeton a finales del verano ya era completamente pro-vida. Desde entonces, su oposición al aborto "se ha profundizado cada año". Ese año publicó Party of Death, un recuento impactante de la transformación del partido Demócrata en un partido fuertemente pro-aborto.

        
WESLEY SMITH: el suicidio de una anciana amiga

        Como abogado y colega de Ralph Nader, Wesley Smith era un candidato improbable a ser pro-vida. Por una vía poco comín, llegó a ser el principal crítico en EEUU de la eutanasia, la clonación y la investigación con células madre embrionarias.

        Hace algo más de una década, una amiga de Smith, una mujer de 76 años llamada Virginia, se suicidó. A menudo había estado hablando de matarse, contando a Smith y otros amigos lo suave, lo agradble que sería. Le habían intentado quitar la idea, pero sin éxito.

        Cuando ella murió, Smith fue a su casa en California y se encontró pilas de propaganda de los defensores de la eutanasia, particularmente de la Hemlock Society. Y reconoció en la propaganda algunas de las cosas que Virginia decía, las historias de gente supuestamente disfrutando de morir. Smith quedó afectado y eso cambió su pensar y también su carrera.

        Pronto se encontró dedicando más y más tiempo a escribir y hablar contra la eutanasia, hasta que se convirtió en una cruzada y su trabajo a tiempo completo. Nader le preguntó por qué "hacía tanto sobre la eutanasia". Smith le explicó el tema. Esto hizo que Nader, en la campaña presidencial del 2000, hiciese un comentario controvertido en Oregón, al referirse a la ley de suicidio de este estado como "la vergüenza de Oregón".

FRED BARNES: mi testimonio

        Finalmente, he aquí mi propia experiencia. Durante años apenas dediqué un pensamiento al tema del aborto. Que matasen a un niño antes de nacer era un tema de conveniencia, bueno, nunca pensé en ello. Como reportero del diario EVENING STAR en Washington en 1973 consideré el fallo Roe vs. Wade como un tema legal, no moral. El crecimiento del movimiento anti-aborto a finales de los 70 y la posición de Reagan me llamaron la atención, aunque sólo como asunto político.

        Entonces el ginecólogo de mi esposa Barbara recomendó que se hiciese una amniocentesis cuando estaba embarazada de nuestro tercer hijo. Eso implica inyectar una aguja en el útero para sacar algo de fluido de forma que se examine si el niño tiene problemas o defectos.

        Habíamos oído hablar de la amniocentesis como "misión de localizar y destruir", algo que llevaba a mnudo al aborto si el niño tenía defectos de nacimiento o síndrome de Down. Esto nos hizo pensar en lo que haríamos en tal caso... por primera vez pensamos en serio sobre el aborto.

        Nuestro hijo salió bien. Pero al dejar la oficina del doctor mi esposa y yo decidimos que ella nunca volvería a hacerse la amniocentesis. Y no se la hizo cuando quedó embarazada tres años después. Sin darnos cuenta, nos habíamos hecho pro-vida.

UN CONTACTO CON LA MUERTE HACE PENSAR

        Pensemos un poco en estas 5 experiencias: Reagan decidiendo acerca de la propuesta pro-aborto, Hyde considerando si apoyar otra propuesta, Smith leyendo propaganda pro-eutanasia en casa de su amiga muerta y nosotros reaccionando contra la amniocentesis.

        Hay un rasgo común obvio: todos nosotros, por las circunstancias en que nos encontramos, nos vimos forzados a pensar acerca de quitar una vida y lo que significa en términos prácticos y morales.

        Creo que fue nuestra conciencia lo que intervino, o si prefieren, el instinto humano básico que favorece la vida sobre la muerte. O si eres cristiano, como yo, fue Dios.

        Estoy seguro que habrá muchas excepciones a nuestra experiencia. No todos los que contemplan el aborto o la eutanasia están destinados a seguir el mismo camino intelectual que nosotros cinco (seis, incluyendo a mi esposa). Pero sospecho que hay muchos más que lo harían, que los que no lo harían. Y muchos más vendrán.

        Fred Barnes es director ejecutivo de THE WEEKLY STANDARD ( http://www.weeklystandard.com/ ). Este artículo es una versión condensada de un discurso que dio en Nashville en junio de 2006 en la convención National Right to Life. Traducción de ForumLibertas.com.