El Clínico y Cáritas alertan a Sanidad de que jóvenes, la mayoría inmigrantes, están utilizando un protector gástrico para interrumpir el embarazo.
Hospitalizadas en Valencia decenas de mujeres tras usar para abortar un fármaco estomacal
Decenas de mujeres han sido hospitalizadas en Valencia en los últimos tres años tras recurrir para abortar a un fármaco estomacal. El Clínico y Cáritas han alertado a la Conselleria de Sanidad de que jóvenes, la mayoría inmigrantes, recurren a un protector gástrico que se adquiere sin receta médica para interrumpir el embarazo.
ISABEL DOMINGO
VALENCIA 4.12.04 LAS PROVINCIAS

Un buscador de Internet
        Dos palabras: misoprostol y aborto. ¿Resultado? Casi 800 enlaces que explican cómo emplear este medicamento, un protector gástrico, para inducir un aborto. La efectividad es muy alta y su uso se ha extendido de manera alarmante entre las mujeres embarazadas que desean interrumpir la gestación. Los hospitales de la Comunidad Valenciana han observado que en los últimos tres años ha aumentado el número de mujeres que han ingresado en sus servicios de Urgencias por haber ingerido dosis elevadas de misoprostol para abortar.

        El jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del hospital Clínico, Fernando Bonilla, confirmó ayer a LAS PROVINCIAS la rapidez con la que se ha extendido “el uso de este protector, que es muy efectivo como tal, pero que también tiene una gran eficacia para provocar abortos. Es vox populi”. Según Bonilla, “las quejas provienen de todos los centros sanitarios, entre ellos, La Fe, el Doctor Peset y el propio Clínico, aunque la alerta sólo la hemos realizado desde aquí”.

        El también catedrático de Medicina de la Universitat de València explicó que la Conselleria de Sanidad conoce este hecho ya que él, como responsable de uno de los servicios afectados, ha remitido dos cartas al conseller de Sanidad, Vicente Rambla, alertando de esta práctica y “rogando que se tomen medidas para que no se venda el producto sin receta médica”.

Varias denuncias
        A estas dos denuncias, realizadas a mediados de 2003 y en enero de 2004, se une la de Cáritas en noviembre de este año, que también ha comprobado el número creciente de mujeres, sobre todo inmigrantes, que recurren al misoprostol para provocarse un aborto.

        Fuentes de la Conselleria de Sanidad reconocieron ayer la existencia de estas denuncias y señalaron que se ha remitido “con carácter urgente” una notificación a los colegios de médicos y farmacéuticos, a los directores de las áreas de salud y los coordinadores de los centros de atención primaria de las tres provincias en la que se solicita que se extreme “la precaución en el momento de la prescripción”.

        Desde el Colegio de Farmacéuticos de Valencia comentaron que los facultativos conocen los efectos secundarios del misoprostol y remarcaron la necesidad de “aumentar el control en el momento de prescribir este fármaco”. A juicio del doctor Bonilla, el problema con este fármaco estomacal radica en que se puede comprar en la farmacia sin receta médica, a pesar de que la caja indica que se tiene que expender “con receta”.

        “A esto hay que añadir lo económico que resulta adquirirlo, lo que ha facilitado su empleo generalizado y de forma incontrolada. Ingerir 600 miligramos provoca interrupciones de embarazo en el 96% de los casos”, dijo.

Perfil y efectos
        Jóvenes e inmigrantes constituyen el perfil de la mujer que acude a los servicios de Urgencias de los centros sanitarios tras haber ingerido más de cuatro pastillas. “Antes se veía gente de cualquier edad y de todas clases, pero últimamente hay más gente joven e inmigrante porque no toman las medidas adecuadas en sus relaciones”, apuntó Fernando Bonilla.

        El panorama que se suelen encontrar los ginécologos son mujeres que acuden a urgencias porque la hemorragia que provoca el misoprostol para expulsar el feto es abundante. “Llegan señoras que se han tomado, por su cuenta, toda una tableta y el sangrado es abundante. Incluso entran en shock”, dijo Bonilla.

        En muchas ocasiones, añadió el jefe de Ginecología, “los abortos producidos por este principio activo pueden ser incompletos y dar lugar a complicaciones graves que requieren hospitalización y cirugía”. Además, cuando la mujer ha superado el cuarto mes de embarazo, la efectividad del fármaco se reduce y puede ocasionar malformaciones en el feto e, incluso, infertilidad.

Aborto médico
        El misoprostol está indicado para evitar úlceras o lesiones gastrointestinales que puede provocar la ingesta de otros fármacos. Sin embargo es uno de los medicamentos más importantes en la práctica obstétrica.

        Los ginecólogos lo emplean para el aborto médico en el primer trimestre, para la maduración cervical previo a un aborto quirúrgico, para provocar el parto tras la muerte del feto o para la inducción del parto con cesárea en el tercer trimestre. El prospecto del fármaco señala, en las Advertencias, que ejerce “una acción farmacológica sobre los músculos, por lo que no se debe administrar este medicamento a la mujer embarazada”.

Una pregunta y 11,43 euros
        El misoprostol se adquiere sin receta médica y sin que el farmacéutico advierta de los riesgos que conlleva tomar el medicamento.

I. D./ VALENCIA

        Tan rápido como comprar el pan. Así se puede describir la visita a una farmacia valenciana para adquirir una caja de Misoprostol. A pesar de acudir a las 15 horas de un viernes lluvioso, el farmacéutico no pone ningún problema a la hora de expender el medicamento.

        La conversación es rápida. “¿Tiene misoprostol?”, pregunta la interesada. “Sí, pero todavía no existe el medicamento genérico. Son 11,43 euros”, responde el dueño de la farmacia.

Más barata que la píldora
        Una pregunta y 11,43 euros son suficientes para comprar un producto que algunas jóvenes están empleando para intentar abortar y que les resulta más económico y menos problemático de obtener que la píldora postcoital.

        La conocida como píldora del día después cuesta 19 euros y es necesario acudir a un centro de planificación familiar para obtener la receta que permita adquirirla también en una farmacia. Es necesario ingerirla en el plazo de las 72 horas posteriores al coito porque, de lo contrario, su efectividad se reduce.

        El misoprostol es más fácil de utilizar y la posibilidad de inducir un aborto es del 96%

Un millar de abortos anuales en menores
        De las 7.000 mujeres que cada año interrumpen su embarazo de forma voluntaria en la Comunidad Valenciana, un millar son jóvenes menores de 18 años. Estas cifras han crecido significativamente en los últimos años, ya que si en 1990 el número fue de 729, en 2001 se registraron 1.047.

        Desde 1990, ha aumentado el número de adolescentes que deciden interrumpir de manera voluntaria su embarazo, mientras que los nacimientos han descendido considerablemente. Dentro del grupo de entre 15 y 19 años, se contabilizaron 1.161 nacimientos en la Comunidad Valenciana, frente a los 1.564 del año 1990.

        De todas las comunidades autónomas, Valencia es la cuarta región donde mayor número de adolescentes decidió abortar en 2001, el último año estudiado por la Generalitat Valenciana y el Ministerio de Sanidad. Por delante se sitúan Andalucía, con 2.117; Cataluña, con 1.938; y Madrid, con 1.265.

        En conjunto, las tasas de interrupción voluntaria del embarazo entre las mujeres españolas en edad fértil –de 15 a 49 años– son mucho más modestas, apenas un 15% del total, aunque el aumento global de abortos en ese periodo de tiempo sea del 88%. En cifras absolutas, se pasó de 37.231 abortos en 1990, a 69.857 en 2001.